Por Daniel Casas
En el lejano 2001 un día este cronista manejaba su auto por el microcentro porteño y se topó con una de las tantas movilizaciones a la Plaza de Mayo, de modo que avanzó a paso de hombre detrás de las 40 o 50 personas que caminaban por la Av. Belgrano, pero cuando acortó la distancia con los manifestantes, con la intención de doblar por una calle para buscar otro camino, una mujer descolgó de su hombro una bolsa de tela que indicaba inequívocamente que contenía un palo de unos cinco centímetros de diámetro. “Esto está muy mal, recomponer el tejido social va a llevar muchos años”, pensó y comentó el cronista al llegar a su trabajo. La historia lejos de resolverse con el fin de aquella crisis económica se repitió hasta naturalizarse; el caos, con razones válidas o no, ese no es el punto, se convirtió en el método excluyente para elevar un reclamo. Seguir leyendo “La política del caos” →
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